lunes, 8 de junio de 2009

Take only what you need from it



Atención, que llega una de las ironías de la vida:

Os voy a contar un secreto... que es secreto y que habla de los secretos.

Parece un poco lioso, pero en realidad es muy fácil de comprender. Hará un año aproximadamente nos enseñaron los diferentes niveles que existen: lo público, lo privado y lo íntimo.

Lo público es aquello que está en boca de todos, o al menos de tu círculo y que cualquiera que se una puede saber perfectamente.
Lo privado, sin embargo, son aquellas cosas propias que únicamente sabes tú... y los que te interesan. Evidentemente suelen ser los más cercanos, y digo suelen porque algunas veces no hay nada mejor que recurrir a los extrarradios de tu círculo para encontrar un momento de alivio (un saludo a Irene ;) )
Lo íntimo es todo lo que conoces levemente acerca de tu persona y nadie más puede ni debe saber. Y digo ni debe porque entonces pasaríamos al ámbito privado, y todos necesitamos algo que nos haga sentir dueños de nosotros mismos.

Allá va mi secreto de los secretos... No suelo confiar en la gente en exceso. Suelo ser parte más del círculo privado de gente que me importa que al revés. Debes confiar en aquellas personas a las que les brindas la posibilidad de saber algo privado tuyo, ya que indudablemente te conviertes en su esclavo. Desde el momento en el que alguien pasa a formar parte de la zona privada de cualquier aspecto de tu vida... dependes de ella, de otras. Dependes porque en el momento en el que el problema acuda a ti, más rápidamente vendrá la imagen de tu confidente. Y tu confidente no estará siempre ahí para volver a escucharte.

Cada año que avanza mi vida sé que cada vez estamos más solos. No podemos ser esclavos de nadie, pensando si nuestro secreto estará a salvo o si podremos contar con LA persona cuando más la necesitemos. Cuantas más partes de nosotros estén repartidas por el mundo más fácil resultará que nunca vuelvan a juntarse. Y por más que tras aliviar nuestro pesar nos atrevamos por fin a mirar por esa ventana tratando de llegar al exterior... unos barrotes nos lo impedirán. Y esos barrotes no son más que los hilos que nos interconectan con las distintas partes de nosotros.

¡Uy! Eso sí, reconozco que cuando se consigue a alguien en el que de verdad confiar... no hay que dejarlo escapar. ¡Nunca! Mejor que los trocitos de "yo" estén concentrados a dispersos en muchos "otros".

Por eso, cuanto más soy YO más me gusta formar parte de OTROS.
Y cuanto más formo parte de OTROS, más fuerte es el hilo que nos une, para que cuando quieran recuperar las partes que albergo en mi interior únicamente deban dar un flojo tirón... acudiendo rápidamente.

Ender


Sí... expresado como el culo... Pero es lo que tiene no contar secretos propios, que uno está oxidado ya.

<span class=

4 comentarios:

  1. Ah, el título de tu entrada me recordó tanto a una canción de mi Jack Johnson. Se llama "Cocoon", ojalá la puedas escuchar pronto.

    Un beso inmenso :)

    ResponderEliminar
  2. "So please
    Let me take what's left of your heart and I will use
    I swear I'll use only what I need
    I know you only have so little
    So please
    Let me mend my broken heart and leave"

    Muy bonita, me encanta ese cantante ^^

    ResponderEliminar
  3. Me quedo con lo de q cuando encuentras a alguien en quien confiar no debes soltarlo. Esa lección también la tengo aprendida y lo hace todo mejor :)

    ResponderEliminar
  4. Yo es que cada vez me he llevado más palos en ese sentido... Así que los pocos que tenía se han ido poco a poco perdiendo.

    Pero sí, a mi me gusta ser el alguien de confianza ;)

    ResponderEliminar