... que cada cosa tiene su momento.
Ahora echo de menos esas palabras que se formaban en mi cabeza (¿y en el corazón?) y me llevaban a sentarme frente a un ordenador para tratar de explicarlas.
Echo de menos escribir, sobre todo esos minicuentos que a mí tanto me gustan.
Será que sólo escribo cuando estoy triste.
Ender