lunes, 6 de diciembre de 2010

Puente

El otro día pasó por encima del puente, hasta alcanzar la bestia que esperaba por él. El trayecto hasta allí resultó estresante y le llenó de energía, sientiendo unos nervios crecer en su interior.

Se fue de allí con un nudo en la cabeza y otro en el corazón. Los extremos terminaban en puntos suspensivos que se alargaban tanto como sus pensamientos.

Cada día después de aquél, el puente se usó para pasar bajo él. Siempre frenaba un poco y cerraba los ojos recordando el encuentro, las risas, los ojos, el frío, el calor.


Ender