Necesitaba desconectar un poco del mundo. No sé cuánto tiempo ha pasado desde que visité mi blog, pero desde hace ya casi 2 semanas y media necesitaba alejarme de todas las herramientas "tan maravillosas" que nos hacen estar unidos a todos y todo.
Voy a seguir fuera. Pero por desgracia, vuelvo aquí antes de tiempo... y forzado. Digo forzado porque hay veces en las que o te desahogas o explotas. Los que me conocen saben que prefiero explotar, muy pocos consiguen sacarme las cosas. Reconozco que utilizo esta herramienta para no explotar demasiadas veces, pero lamentablemente cada vez quedan menos personas y cada vez hay más blog.
Al lío, y nunca mejor dicho... porque la idea original de esta entrada viene perfecta.
Ser conscientes de cuanto nos rodea es importante. Lo más importante, ya que la información es poder. Y sólo los poderosos consiguen perdurar.
Las palabras nos rodean, hundiéndonos en mareas de información de las que no somos capaces de escapar. La palabra es posiblemente el arma más peligrosa, citando al grande entre los grandes, y hay que saber utilizarla en beneficio propio lo primero, en beneficio de las personas que nos inportan lo segundo. ¿Es así para todos? Debería serlo.
La demagogia pudre las mentes ávidas. La mentira también la mente que le dio vida. Podemos parecer simples granos de arena en un desierto cegado por el sol, pero junto a nosotros hay más granos que irremediablemente están ahí, escuchándonos. Compartiendo vivencias, compartiendo historias. Compartiendo alegrías... y penas. Podemos parecer minúsculos pero nuestra voz, nuestras palabras, son capaces de crear. Y también de destruir.
Cread, por favor.
Y si destrúis... sed creativos.
Ender
Vuelvo de nuevo por aquí. Supongo que esta entrada puede unirse bastante bien a la de Camino.
Falta gente y hay mucho blog por escribir...
Falta gente y hay mucho blog por escribir...
Falta gente y hay mucho blog por escribir...
Falta gente y hay mucho blog por escribir...
...